La Asamblea Nacional venezolana aprobó la Ley Orgánica de Educación, lo que nos lleva a los controles más férreos y al retraso más impresionante en materia de legislación educativa.
Si en algo se podía transformar al país, era educando bajo criterios de libertad, fomentando la creación de nuevos paradigmas.
Lo que viene para Venezuela con esta ley, es la castración del pensamiento y la persecución de posiciones divergentes. La educación quedó bajo llave y la llave, se acaba de perder.
Con lo que no cuentan los diputados es con la astucia del pensamiento y la configuración esférica de los cráneos.
Ante este nuevo “paradigma” de la educación, se hace aún más importante que los padres asuman su rol como verdaderos maestros de sus hijos. Sólo en la medida en que le inculquemos valores y respeto por las ideas, podremos logar que desarrollen un pensamiento crítico, plural e independiente.